Cuando los inversionistas están considerando en qué invertir, el capital de riesgo (VC) a menudo queda fuera de sus carteras tradicionales. Muchos asocian el VC con alto riesgo e iliquidez, mientras que otros lo ven como un activo esotérico dominado por élites de Silicon Valley. Sin embargo, en América Latina, el capital de riesgo representa más que solo rendimientos financieros; es una poderosa herramienta de transformación: genera riqueza, impulsa la transformación digital de la región y fomenta un ecosistema de emprendimiento tecnológico.
El VC en América Latina es distinto de la inversión de impacto tradicional, que busca principalmente beneficios sociales o ambientales directos. A diferencia de las subvenciones o inversiones impulsadas por ESG, el VC impulsa el crecimiento económico al identificar y apoyar a los fundadores más talentosos, aquellos que construyen empresas escalables y basadas en tecnología que resuelven ineficiencias en las principales industrias. Este enfoque genera efectos multiplicadores: creación de riqueza para inversionistas y emprendedores, generación de empleo y avances tecnológicos que impulsan el progreso económico.
Existen muchas startups latinoamericanas han demostrado cómo la tecnología y la innovación pueden transformar industrias enteras. Ejemplos conocidos como Nubank, que ha democratizado el acceso a servicios financieros en Brasil y otros países, Kavak, que ha revolucionado la compraventa de autos usados con financiamiento flexible, y MercadoLibre, que ha sido el pilar del comercio electrónico en la región, muestran cómo las startups pueden generar cambios estructurales en la economía, generando empleo, acceso a servicios y crecimiento económico acelerado.
Dentro del portafolio de BuenTrip Ventures, encontramos startups que están liderando la transformación en sectores clave. Nuvocargo, por ejemplo, está modernizando la logística transfronteriza entre EE.UU. y América Latina, optimizando procesos para empresas de transporte y comercio. En el sector salud, Reliv está facilitando el acceso a servicios médicos de calidad mediante plataformas digitales, acercando atención médica a comunidades que antes tenían acceso limitado. Estas empresas no solo están generando impacto en sus respectivas industrias, sino que están ayudando a posicionar a América Latina como un hub de innovación tecnológica.
Una inversión de VC bien ejecutada no solo financia una startup; desencadena una reacción en cadena:
Si bien el capital de riesgo conlleva riesgos inherentes, sigue siendo una de las herramientas más efectivas para transformar América Latina. Al desplegar estratégicamente el capital en startups de alto potencial, los inversionistas pueden generar rendimientos financieros mediante la transformación digital de latinoamérica.
A diferencia de la inversión de impacto tradicional, esto no es caridad; es una inversión calculada en el talento humano y capacidad de innovación de nuestra región. Bien ejecutada, una inversión en founders talentosos puede tener un impacto multiplicador en la región.